Vía Crucis

Hoy compartimos un sencillo ejercicio de meditación en torno a las estaciones del Vía Crucis

Te adoramos Cristo, y te bendecimos, pues por tu Santa Cruz redimiste al mundo.

Señor, que la meditación de tu Pasión y Muerte nos anime y ayude a tomar la cruz de cada día y seguirte, para un día resucitar contigo en la Gloria. Amén

I Estación: Jesús es condenado a muerte

Jesús, nosotros también te condenamos cada día, cuando nos burlamos de algún compañero, cuando traicionamos a un amigo, o cuando nos lavamos las manos como Pilato, con nuestra actitud o nuestro silencio, sabiendo que alguien nos necesita
Jesús ayúdanos a ser capaces de decir siempre la verdad, aunque no nos convenga.

Jesús, pequé: ten piedad y misericordia de mí. Bendita y alabada sea la Pasion y Muerte de nuestro Señor Jesucristo y los dolores de su santísima Madre. Amén


II Estación: Jesús con la cruz a cuestas

Jesús, ¡cómo cuesta cada día hacer lo que se nos pide!. Nos gustaría llevar esa Cruz como tú: haciendo todo con Amor, sin protestar, sin quejarnos, aceptando y queriendo a todos los que están a nuestro lado
Ayúdanos a querer a los demás como tú lo haces
«Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna» (Juan 3,16).


III Estación: Jesús cae por primera vez

Jesús, nosotros también caemos muchas veces en esa falta de amor a nuestros compañeros, en mentiras que decimos por miedo o cuando somos egoístas sin pensar en los demás
Ayúdanos a ser capaces de levantarnos de nuestras caídas para continuar caminando, perdonándonos a nosotros mismos.


IV Estación: Jesús se encuentra con su madre

Jesús, ayúdanos a tener siempre presente a nuestra Madre María. Ayúdanos a escuchar esa voz que nos consuela y nos entiende. ¡Cuántas veces pensamos que estamos solos!
Vayamos en busca de María en la dificultad para que todos nuestros esfuerzos por amar sean posibles con su ayuda.

V Estación: El Cirineo ayuda a Jesús a llevar la cruz

Jesús, que comprendamos, como tú, que todos necesitamos ayuda. ¡Cuántas veces pensamos que podemos hacer una cosa solos y rechazamos la ayuda o el consejo que se nos ofrece! En este momento es importante que nos demos cuenta de que nosotros también podemos hacer algo por tí, si hacemos el bien y somos generosos con los demás.
Danos, Jesús, la generosidad que necesitamos para ayudar siempre a todos los que nos rodean

VI Estación: La Verónica limpia el rostro de Jesús

Jesús ¡cómo nos gustaría ayudar a los que sufreon como la Verónica!: acompañando a un enfermo, consolando a los que están tristes, renunciando a mis cosas para poder dar a los demás
Jesús, que en nuestros pensamientos estés tú, como quedó tu imagen en el lienzo de la Verónica

VII Estación: Jesús cae por segunda vez

Jesús, la Cruz de nuestros pecados es tan pesada que vuelves a caer
Jesús, ilumínanos, ayúdanos a tener un corazón bueno que sepa hacer lo que te agrada y, así, no añadir más peso a tu cruz



VIII Estación: Jesús consuela a las mujeres de Jerusalén

Algunas mujeres que acompañaban a Jesús lloraban y se lamentaban por lo que estaba pasando, pero Jesús les animó dicéndoles que no hay que sufrir ni huir de las pruebas duras de la vida. Jesús nos enseña a no quejarnos cuando algo malo nos sucede, nos enseña a aceptar la dificultad y a hacer frentea ella con nuestra mejor intención.
Ayúdanos a mirar de frente a las dificultades

IX Estación: Jesús cae por tercera vez

Caes por nosotros Jesús, para levantarnos. Caes para que no seamos flojos a la hora de amar, para que elijamos de verdad no ofenderte haciendo daño a otros. Al lado de tu sufrimiento, nuestras dificultades se hacen pequeñas.
Gracias, Señor, por tu Amor Misericordioso que nos salva. Con tu ayuda, yo también me levantaré tantas veces como haga falta si caigo en el pecado.

X Estación: Jesús es despojado de sus vestiduras

Jesús, ¡cuánto nos gustan las cosas materiales!: la ropa, el dinero, las comidas, las joyas ... Enséñanos a no dejarnos llevar por el materialismo para poder entender que la felicidad está en amar y no en tener más.
Danos, Jesús, un corazón puro, humilde y sincero.

XI Estación: Jesús es clavado en la cruz

Clavan las manos y los pies de Jesús en la cruz. El dolor es muy grande. Tu Amor, Jesús, por todos nosotros, es más grande todavía.
Tú, Señor, sufriste por Amor, para el perdón de nuestros pecados, y para enseñarnos que el verdadero Amor va unido a grandes sufrimientos. Enséñanos a amar de verdad, Jesús.

XII Estación: Jesús muere en la cruz

Jesús da su cuerpo para enseñarnos qué es el Verdadero Amor. Es un Amor sin miedo. Es un Amor que perdona todo. Es un Amor infinito que no puede destruirse, porque el Amor es Dios mismo.
Jesús, danos un corazón capaz d perdonar a todos, y de amar incluso a los que no nos quieren.

XIII Estación: María coge en brazos el cuerpo de Jesús

Jesús, que en los momentos difíciles seamos como María. Cuando ya nada podía hacerse para remediar tu muerte, ella perdonó y continuó viviendo con Amor. Ella aceptó la misión de su hijo y aceptó compartirlo con el resto de la humanidad.
Jesús, danos el desapego de María que no intentó amarrar a su hijo amado y aceptó la voluntad del Señor desde el principio.

XIV Estación: El cuerpo de Jesús es puesto en el sepulcro

Jesús nos enseña que, con nuestros sacrificios y esfuerzos de cada día, estamos ayudando a nuestros hermanos para que encuentren el camino y lo sigan.
Danos, Jesús, la fuerza necesaria para seguir tu ejemplo día tras día.

XV Estación: La resurrección de Jesús

El Amor vence a la muerte. El Amor es la Vida. Jesús, con su muerte y su resurrección, nos abre las puertas del cielo. Nos invita a vivir sin temor, porque Dios está con nosotros en todo lo que hacemos con Amor y nada ni nadie puede vencernos.
Concédenos, Señor, caminar contigo por los nuevos caminos del amor y de la paz que nos has enseñado.

Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén

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